Chocolate Pinwheel Cookies


Estas galletas tan vistosas son además una delicia.
La combinación de vainilla y chocolate es perfecta y aunque pueda parecer que su elaboración es algo complicada no te dejes intimidar, resultan más fáciles de lo que parecen.
Me animé a hacerlas para aprovechar un par yemas de huevo que me sobraron de otra preparación y reconozco que a veces "colocar" las yemas que quedan cuando hacemos macarons por ejemplo, resulta complicado si no necesitas lemon curd o crema pastelera en ese momento, así que esta receta hay que tenerla a mano para esos casos.


Lo más cómodo es que no hay que hacer una masa de vainilla y luego otra de chocolate, se hace toda la masa al mismo tiempo. Solo en el último momento se separa una parte para añadir al resto un preparado de cacao, mantequilla y leche. Nunca hubiera imaginado que de una sola masa se pudieran hacer dos tan fácilmente y eso abre un montón de posibilidades en un futuro: vainilla y fresa, chocolate y frambuesa, vainilla y té matcha, chocolate y coco o tal vez chocolate y menta...


Chocolate Pinwheel Cookies
Receta adaptada del blog SugaryWinzy

Ingredientes
  • 225 gr de mantequilla, a temperatura ambiente
  • 210 gr de azúcar
  • 2 yemas de huevo, a temperatura ambiente
  • 1 cucharada sopera de vainilla en pasta o 2 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 2 cucharadas soperas de leche
  • 410 gr de harina de trigo tamizada
  • 16 gr de levadura quimica tipo Royal (1 sobre)
  • 40 gr de cacao puro en polvo + 28 gr de mantequilla + 2 cucharadas soperas de leche

Preparación

En un recipiente apto para microondas o al baño maría, calentar dos cucharadas soperas de leche junto con 28 gr de mantequilla hasta que esta última se funda. Dejar que temple y mezclar entonces con el cacao. Reservar.

Poner en el bol de la amasadora el azúcar junto con la mantequilla cortada en dados.
Batir con el accesorio de palas hasta conseguir una mezcla suave y homogénea.
Añadir las dos yemas de huevo, la vainilla y dos cucharadas soperas de leche.
Mezclar hasta integrar bien.
Añadir la harina poco a poco hasta lograr una masa suave y lisa. En esta ocasión es más tierna que la masa de galletas para decorar.
Una vez hecha la masa sacar del bol 3/4 partes de la misma y reservar. Esa será nuestra masa de vainilla. Poner en el bol con el 1/4 de masa restante, la mezcla de cacao,mantequilla y leche que hicimos antes y mezclar hasta que se integre bien y no tenga ningún efecto marmolado.

Ahora viene la diversión: he hecho unas cuantas fotografías del paso a paso para que te resulte más fácil.


Formar con cada masa una bola y cortar ambas por la mitad para trabajar con mayor comodidad.
Estirar con el rodillo una parte de masa de vainilla hasta obtener una forma rectangular.
Estirar también otra parte de masa de chocolate hasta lograr otro rectángulo lo más parecido posible.
Poner la plancha de chocolate sobre la de vainilla y aplanar con el rodillo de nuevo para que ambas se unan bien y conseguir el grosor adecuado (5-6 mm).
Enrollar la masa sobre sí misma formando un cilindro. Envolver el cilindro en film transparente y llevar a la nevera durante al menos 1 hora. Si quieres acelerar el proceso, puedes poner los rollos de masa en el congelador unos minutos.
Mientras se enfría el primer rollo, repetir la operación con las otras dos porciones de vainilla y chocolate.

Una vez hayan cogido frío los cilindros de masa, sacar de la nevera y quitarles el envoltorio.
Cortar en rodajas de 5-6 mm de grosor con un cuchillo bien afilado.

Disponer las galletas sobre bandejas de horno cubiertas con un tapete de silicona o papel de hornear. Tener la precaución de colocar las galletas con suficiente espacio entre ellas para evitar que se peguen, porque al llevar levadura crecen bastante en el horno.

Las galletas ANTES y DESPUÉS del horneado
Hornear a 160º-170ºC durante 15-20 minutos, hasta que empiecen a dorarse un poco.
Una vez horneadas salen muy tiernas y esponjosas pero adquieren consistencia al enfriarse.
Pasar sobre las galletas una espátula para aplanar y alisar la superficie si se abomban mucho.
Disponer con cuidado en una rejilla hasta que enfríen.


Estas galletas aguantan muchos días si las guardas en un recipiente hermético, pero salen tan ricas que no creo que tardes tanto en comerlas!

Kanelbullar, bollos de canela suecos


Estos son los auténticos bollos de canela suecos, los famosos Kanelbullar.
Seguramente sean éstos bollos los que dan origen a los rollos de canela americanos que todos conocemos bien.
Se trata de un brioche tierno y esponjoso, con un sabor a canela que a mí particularmente me resulta irresistible como todo lo que lleve ese ingrediente. También llevan cardamomo, una especia que yo no había usado hasta hace poco tiempo, pero que siempre que la pongo en una receta me parece que le da un toque muy especial.
Para hacerlos he usado la receta original sueca. Después de buscar mucho por diferentes blogs de cocina, finalmente encontré un vídeo en youtube en el que una pareja sueca de mediana edad explicaba cómo hacer esta delicia. En mi contra, decir que no hubo forma de hacer dos bollos iguales, porque me dio por improvisar enrollando las tiras de masa y cada uno ha salido como le ha dado la gana... ¡pero están igual de ricos!
La próxima vez en lugar de improvisar, los formaré como la señora del vídeo, que le quedan todos igualitos e ideales. O tal vez los enrolle como lo hace el famoso panadero sueco Martin Johansson en su vídeo.


Kanelbullar {bollos de canela}
Receta original sueca

Ingredientes:

Para hacer la masa:
  • 250 ml de leche entera, tibia
  • 75 g de mantequilla derretida
  • 75 g de azúcar
  • 500 g de harina de trigo (yo combiné 250 g de harina normal con 250 g de harina de fuerza)
  • 1 sobre levadura seca de panadero (uso la de Lidl)
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de cardamomo molido
Para el relleno:
  • 75g de mantequilla, a temperatura ambiente
  • 2 cucharaditas de canela molida
  • 60 g de azúcar
Para decorar antes del horneado:
  • 1 huevo batido
  • Azúcar para espolvorear (si tienes azúcar perlado es el ideal, yo en esta ocasión no tenía)
Preparación:

Derretir la mantequilla y dejar que enfríe un poco.
Calentar la leche solo hasta que temple. Mezclar la mantequilla derretida con la leche.
Combinar en un bol todos los ingredientes secos: harina, levadura, sal, azúcar, cardamomo molido.
Verter sobre los ingredientes secos la leche con la mantequilla.
Empezar a mezclar la masa con una cuchara de madera si la haces a mano o bien con el accesorio del gancho si usas una amasadora.
Continuar mezclando todos los ingredientes hasta obtener una masa suave, lisa y elástica, que se despega sola de las paredes del bol y no se adhiere a las manos. En la amasadora esta masa lleva entre 15-20 minutos dependiendo de la fuerza que tenga el aparato.
Tapar la masa con un trapo de algodón y dejar que leve durante aproximadamente 1 hora. Tal vez te cueste un poco menos dependiendo de la temperatura y humedad de tu cocina. La masa doblará su volumen.

Una vez que ha levado la masa, extenderla sobre una mesa espolvoreada con un poco de harina para evitar que se pegue y estirarla con el rodillo a 1 cm. de grosor aproximadamente. Tratar de formar con la masa un rectángulo. Para el relleno podemos hacerlo de dos maneras: 
  1. Untar la masa directamente con la mantequilla y espolvorear luego la canela y el azúcar
  2. Mezclar mantequilla, canela y azúcar hasta formar una pasta que untaremos sobre el rectángulo de masa
Una vez rellena la masa, doblar sobre sí misma por la mitad y aplanar un poco con el rodillo de nuevo.
Cortar la masa en tiras de 1-2 cm de grosor.
Hacer nudos con cada tira de masa para formar los bollos:


Poner los bollos sobre una bandeja cubierta con papel de horno y dejar reposar 30-40 minutos en un lugar no muy frío y sin corrientes de aire.
Precalentar el horno a 200ºC.

Cuando los bollos hayan reposado, pincelar con huevo batido y espolvorear con azúcar perlado o azúcar normal. Lo ideal es el azúcar perlado, pero si no tienes en casa ¡no es excusa para no hacer estos bollos tan ricos!


Hornear de 7 a 10 minutos dependiendo de la fuerza de cada horno, hasta que la superficie de los bollos adquiera un bonito tono dorado.

Calentitos están buenísimos... y fríos también, para qué nos vamos a engañar.
Son ideales para acompañar un "relaxing cup" de café con leche en desayunos y meriendas.

¡Que paséis una estupenda Semana Santa!

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